lunes, 14 de enero de 2013

"Entre el clavel y la rosa, majestad..............."




Recuerdo el libro de “El nombrede la rosa”, en ella se percibe la visión medieval sobre el pecado y el intento de la oligarquía católica de esconder el  conocimiento bajo el precepto de que el saber te hace dudar de la existencia de dios, un aspecto a destacar es la crítica del padre prior hacia la risa, se refería a ella como un comportamiento animal que nos hacía parecernos a los monos. Tal vez en el aspecto físico tiene razón, además somos descendientes directos.

A qué viene todo esto, a que la educación que generalmente se nos da, es la de comportarnos como seres acartonados para así parecer responsables y respetables, cuando en realidad el ingenio y la creatividad vienen acompañados de momentos de humor, viene a mi memoria Francisco de Quevedo y Villegas uno de los más importantes representantes de la época de oro de la literatura española, a él le debemos la famosa frase “Entre el clavel y la rosa, majestad usted es coja” , que según cuentan fue dicha a la reina que adolecía de ese mal, Moliere es uno de los principales representantes del genero de la comedia,  Oscar Wilde con su sátira social divertía y escandalizaba a los ingleses, en general la risa ha sido una de las expresiones más naturales, sensibles e inteligentes de la naturaleza humana.

Pero que ocurre cuando entramos en los campos de concentración a edad temprana, se nos limita a no hablar en voz alta, a pedir un turno para hablar, a no reírnos de los compañeros ni de las desgracias de otros, en pocas palabras nos van reprimiendo los sentidos para convertirnos en los perfectos esclavos que escuchan y obedecen, los antiguos espartanos utilizaban el sarcasmo y la ironía para agilizar la mente, en México la utilización de los albures fue un ingenioso juego de palabras con contenido sexual, sin embargo,  la cultura imperante sataniza esta forma de expresión por resultar soez, vulgar de baja clase social, es por ello que va quedando en desuso, ahora las bromas light carecen de ingenio y son mas una forma idiota de reír a la cual poco a poco nos van acostumbrando. 

Una charla amena está hecha generalmente de anécdotas graciosas donde la desgracia forma parte importante de la trama, donde existen juego de palabras, donde el sarcasmo es plato fuerte, pero para ello se requiere ingenio, creatividad, imaginación virtudes que desafortunadamente y en la mayoría de los casos esta fuera de alcance. Son pocos los comediantes que hacen del humor un arte, como Wody Allen quien expresa de forma abierta sus ideas sobre religión, sexo y relaciones de pareja, un humor tan delicado y a la vez tan inteligente que resulta aburrido a las masas acostumbradas al humor burdo e idiota, podría mencionar varios programas de televisión que cumplen con estos rasgos. Marcel Marceau, un mimo francés de nuestro siglo, era capaz de hacernos pasar de la risa al llanto en un segundo, la sensibilidad de expresar sentimientos e ideas con movimientos corporales en medio de un escenario vacío. Por utimo podria decir que a mi juicio Tin-Tan fue el mejor exponente del humor de barriada, con su calo particular que marco una época en el cine mexicano. 

Ahora cuando entramos a una oficina se respira aire de velorio, Martínez sentado en su escritorio y haciendo alguna broma en voz baja para que ningún jerarca lo escuche y pueda ser tachado de irreverente, hoy las risas son apenadas, cohibidas y sin brillo, todo esto parte de una cultura de palabras graves escritas con mayúscula, como si la responsabilidad y las buenas costumbres  fueran confeccionadas en el corte ingles.





                                                              ¡Feliz inicio de semana!








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