Los hombres renacentistas eran
escultores pintores filósofos, poetas, científicos, etc. El hombre es un ser que
cuenta con capacidades ilimitadas. Creo que fue después de la revolución
industrial y la división social del trabajo cuando el hombre fue perdiendo la
fe en sí mismo, cuando los hombres fuimos etiquetados y poco a poco fueron
siendo arrinconadas nuestras capacidades, pasamos de ser hombres multidisciplinarios
para convertirnos en robots especializados.
Antiguamente un hombre era
herrero, carpintero, agricultor, panadero, vidriero, fabricante de autos y
cualquier cosa que se les ocurra. Poco a poco la sociedad nos dijo “Hay que
especializarse” si bien es cierto, la especialización puede hacer que el
individuo destaque en algún ámbito de la vida, la especialización no debe ser
limitativa. Al sistematizarse los medios de producción se ha quitado el oficio
que antes hacia enorgullecer al individuo, ahora solo hay obreros, pero eso si
“obreros especializados”.
Actualmente con la tecnología en
boga, podemos afirmar que el hombre vuelve al renacimiento, hoy un servidor
escribe estas líneas para ser publicadas en un blog, no sé cuantas personas
tengan la amabilidad de leerme, no sé si estén de acuerdo o no en mi opinión,
pero lo cierto es que soy escritor (Dado que escribo), también soy amante de la
fotografía y suelo tomar fotos con mi teléfono móvil y las comparto en las
redes sociales, para gusto o disgusto de quienes se encuentran con ellas, eso
me hace también fotógrafo. Pese a haber cursado la carrera de arquitectura, no
considero que ello sea una limitante en la vida cotidiana, ni en mis placeres
ni en mis aficiones, soy amante del cine y suelo hacer críticas al respecto, me
gusta la pintura y disfruto de ella pese a no practicarla, ¿acaso eso me
convierte en un crítico de arte?
Creo que a menudo ciertos grupos
sociales se hacen poseedores de tal o cual conocimiento y asumen que nadie más
puede intervenir en el a menos que exista un nombramiento oficial, emitido
por ellos claro está, para poder ejercerlo. Creo que este pensamiento remite a
la edad media donde solo “los elegidos” eran portadores de la verdad absoluta.
El siglo XXI a traído consigo avances tecnológicos que ponen al alcance de
cualquier citadino el conocimiento de cualquier área del quehacer humano,
podemos consultar en youtube tutoriales para hacer desde una repisa de madera hasta
un motor eléctrico, no hay límites para el quehacer y la imaginación humana.
La utilización de estas
tecnologías depende de cada individuo, lo cierto es que hoy no tienes que traer
una cámara costosa para poder sacar fotografías maravillosas, no requieres más
que unos tenis para convertirte en un atleta, lápiz y papel o una computadora
para convertirte en escritor y compartir tus pensamientos, hoy casi nada es
imposible, siempre habrá quien critique o aplauda el trabajo de otros pero lo
que es indudable es el hecho de que el renacimiento se respira en las calles,
hoy tenemos la oportunidad de realizar nuestros sueños, el único límite esta
dentro de cada uno de nosotros.
Así como el hierro se oxida por falta de uso,
también la inactividad destruye el intelecto.
Leonardo da Vinci.
Totalmente de acuerdo colega de la vida. La vida es un continuo renacer y por ende el hombre mismo.
ResponderEliminarGracias por comentar, un abrazo.
EliminarLamentablemente así son las cosas, reglas, protocolos, esquemas que nos alejan de nuestra propia naturaleza como seres humanos. No hace falta potencializar nuestras actitud y aptitudes para desarrollar todo lo que queremos hacer.
ResponderEliminarAsi es Gerardo, agradezco tu comentario, saudos.
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